Ayer asistí a un acto donde los conferenciantes eran Católicos Socialistas. Durante su exposición hice reflexión sobre los actos de solidaridad de las diferentes instituciones, empresas y particulares apoyando a las víctimas del terremoto en Haití, y no pude recordar entre estos donativos del Vaticano ni de la Iglesia vaticana en territorio español.
Lo más curioso es que en durante el debate presupuestario en el Parlamento el pasado año, gran parte de la crítica de las derechas españolas estaba basada en la aportación al desarrollo y la Solidaridad, mientras que en España atravesábamos la Crisis Zapatero.
En la Comisión de Economía del Ayuntamiento de Madrid, por cierto, no fueron capaces de acusar a Zapatero de la crisis que han generado a los comerciantes de General Ricardos, responsabilidad exclusiva de Gallardón y no de las hipotecas basura.
En fín. Creo que sería muy positivo que las televisiones en particular, y todos los medios en general, nos administrasen semanalmente una dosis de miseria en los diferentes paises del mal llamado tercer mundo, para que cuando se habla de solidaridad y desarrollo se interprete como una política tendente a una sociedad más justa e igualitaria y no a tranquilizar nuestras conciencias con la limosna dominical. Cuanta hipocresía.
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