Desde la creación de nuestro Partido, nuestra Declaración de Principios, las Resoluciones de todos nuestros Congresos y nuestros Programas Electorales, han girado en torno al desarrollo de una Sociedad de Bienestar.
La llegada de la Democracia a España, nos permitió trabajar activamente en un texto constitucional que contemplase estos valores y el desarrollo de los mismos.
Estos Pilares (Educación, Sanidad, Servicios Sociales) están basados en la Solidaridad de los Ciudadanos, los Territorios y las Administraciones, para conseguir que las generaciones actuales y, especialmente las venideras tengan todos aquellos beneficios que las sociedades más avanzadas prestan a sus administrados.
Estos Valores, recogidos en la Constitución, necesitan de su desarrollo por parte de las Administraciones competentes. En nuestra creencia en la descentralización de las competencias como fórmula de acercar los servicios a los ciudadanos, cometimos el error de pensar que la Derecha Española podía ser como la europea y que dentro de sus competencias trabajaría por educar a los ciudadanos en la Solidaridad hacia los demás y, sobre todo, en la gestión de los servicios públicos para que todos aquellos que necesitasen una educación de calidad, una sanidad avanzada o unos servicios sociales universalizados, los encontrasen de la mejor calidad dentro de las Administraciones Responsables, las cuales los gestionan con los impuestos de todos los ciudadanos.
Pero no es así. Históricamente, a lo largo de estos 30 años de Constitución, desde la Izquierda, nuestro Partido ha trabajado por un lado en la profundización de la Descentralización Autonómica y Municipal y, por el otro, en la ampliación de los Servicios Sociales como fundamento de nuestro Estado de Bienestar. ¿Qué ha hecho la Derecha durante la Democracia y en los diferentes Gobiernos que ha gestionado?
Ha trabajado profundamente, no en la gestión e incremento del Estado de Bienestar, sino en la aplicación de su política y concienciación no ya conservadora, sino reaccionaria y excluyente para dividir a los ciudadanos entre Ricos y Pobres. Entre los que pueden pagar y los que no.
Peor aún. Ha trabajado por introducir una mentalidad colectiva: Hay ciertos servicios que tenemos que pagar para que nos atiendan mejor: Existe una educación pública, pero tenemos que pagar para que los resultados de nuestros hijos sean mejores. Existe una sanidad pública, pero la tienen que gestionar empresas privadas porque desde la gestión pública no se sabe gestionar y, por consiguiente, tenemos que pagar para que nos atiendan como merecemos.
Tenemos derecho a una plaza de residencia para nuestros mayores, pero tenemos que aportar la pensión o recursos complementarios para que puedan atender a nuestros mayores.
Esta concienciación la llevaban a cabo con la complicidad de las multinacionales, medios de comunicación propiedad de la Iglesia o aquellos públicos que no privatizan con la enorme deuda que les están trasladando porque estos si les sirven como maquinaria de publicidad y de mentalización (Telemadrid).
Pero ha llegado el momento de que actúen a cara descubierta. La sentencia del Tribunal Supremo sobre la obligatoriedad del alumnado de desarrollar la asignatura de Educación para la Ciudadanía les ha marcado claramente.
¿Qué pretende esta asignatura?. Primero decir que no es un capricho del PSOE, ni tan siquiera del Gobierno de Zapatero. Es una asignatura común a todos y cada uno de los países de la Unión.
Su objetivo es educar a todo el alumnado en los valores recogidos en nuestras normas básicas, especialmente en la Constitución. Y aquí está el problema.
Ellos, la Derecha, el PP, los herederos de la Dictadura, pensaron que firmar la Constitución era baladí. Que podrían hacer trampas y, que cuando gobernasen, podrían desmontar la estructura del Estado, tal y como lo había diseñado el texto Constitucional.
Y en ello han trabajado. Privatizan la Sanidad, su gestión, y masifican los centros, acusando a los trabajadores de negligencia y falta de profesionalidad cuando la gestión privada fracasa.
Reducen los fondos de la Educación, como ha sido el caso de las Universidades madrileñas, publicitan los datos de las pruebas que realizan sin ningún criterio pedagógico, para expresar el fracaso de centros de gestión pública, independientemente de la idiosincrasia del alumnado y sus familias y echar así, a las familias en brazos de los comerciantes de la educación.
¿Por qué tenemos que defender la aplicación de esta asignatura?.
El PP lleva 20 años gestionando la Comunidad de Madrid y la Capital de España y, durante este periodo, ha trabajado para introducir en la mentalidad de la ciudadanía que los Derechos son cuestionables y los Servicios no son fruto de los impuestos, sino que hay que pagarlos.
Por ello, formar a las nuevas generaciones de ciudadanos en valores como la Solidaridad es una labor básica para poder recuperar los logros que los diferentes gobiernos comprometidos con la Carta Magna introdujeron en nuestro Estado.
Si la Carta Magna no contuviese los valores enunciados, por qué esa batalla por acabar con esta asignatura. Queda claro que el conservadurismo más oscuro va a batallar con todo su capital y con todos sus medios para impedir que estos valores se inculquen en los estudiantes, Lo han asegurado. Por ello, nosotros, los ciudadanos demócratas y constitucionales no tenemos otra opción que defender la Constitución y el escrupuloso respeto a las leyes, como siempre hemos hecho. Pero en esta ocasión debemos denunciar activamente a esos sujetos y su lucha: No es una discusión sobre la formación moral de los ciudadanos, Es una batalla por la dualización social, Ricos frente a Pobre. Y los que no lo entiendan así, están contribuyendo al deterioro de nuestro Estado de Derecho.
