Me alegro del éxito de la intervención quirúrgica por la que ha pasado el Rey al igual que la de cualquier otro mortal. Me alegra aún más que lo haya hecho en la Sanidad Pública. Debe de dar las gracias al gobierno socialista por universalizarla, pues el no contribuye al sostenimiento de la misma.
Lo que me sorprende es que el Rey entre en política de esa manera tan impulsiva en apoyo a Esperanza Aguirre.
Es cierto que la Constitución le protege y no le hace responsable de sus meteduras de pata. Por ello, un silencio en ciertos momentos evita sinsabores.
Me alegro que se vaya a Cataluña a intervenirse. No cualquier súbdito puede hacerlo. Aún más que no tenga que sufir las enormes listas de espera sanitaria exitentes en la Comunidad de Madrid. La falta de plazas hospitalarias, de especialistas y médicos de atención primaria es uno de los pilares de la sanidad madrileña.
El Monarca podía haber acudido a cualquier hospital de los de gestión privada de Madrid, pero ha decidido irse a Cataluña.
Los mayores avances en medicina se están dando en Andalucía. Por ello, me sorprende que el Monarca, a diferencia de cualquier usuario de la sanidad madrileña se vaya a operarse a Cataluña y, cuando recibe el alta pone en valor la sanidad pública de Madrid.
Le deseo una feliz recuperación, pero ya que pone en valor la sanidad madrileña le pido que el pos-operatorio y las revisiones las realice en la sanidad pública madrileña, pero como cualquier otro ciudadano, esperando cita para consultas y especialidades. Entonces, aceptaré que opine sobre la Sanidad Pública Madrileña. De otra manera, que se afilie al partido de Esperanza Aguirre y se manifieste.
Felicidades Monarca
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